SOBRE EL BLOG DE LA RADIO Y MI PASIÓN POR APRENDER DE DIOS

por Claudio O. Doro

Siempre he disfrutado muchísimo el aprender de las cosas de Dios. De conocerlo de manera directa y personal a través de Su Palabra. Nunca, desde que llegué al camino de nuestro Señor Jesucristo, me quedé satisfecho con sólo oír al pastor de la iglesia o a un predicador de turno. Y no por ser inconformista, sino porque  me gustó y tomé como ejemplo el relato bíblico en el libro de Hechos 17:10-11. Los de Berea son mi fuente de inspiración constante en mi relación íntima con Dios. Por medio de su ejemplo encuentro la paz y la motivación necesaria para no caer en el error de dar por cierto, de una "manera ciega", lo que mis oídos escuchan. Jamás me limité y nunca lo haría en las cosas de Dios. De ninguna manera aconsejaría que una persona se quede con lo que le enseñan en una iglesia local solamente. Le estaría limitando la oportunidad de ser verdaderamente libre en el Señor.  De conocerlo por medio del discernimiento.

Hay verdaderos hombres, que Dios a bendecido con conocimiento para transmitir su mensaje, y por ello nació "AZ Radio Cristiana". Para darte la oportunidad de tener una opción mas para que seamos bendecidos. Ustedes y yo. Es un ida y vuelta. No se trata sólo el escuchar música y alabanzas, se trata de crecer el La Palabra por medio de predicadores preparados, que han dedicado toda su vida al estudio y conocimiento de Las Escrituras.  Este es el motivo de "AZ Radio Cristiana", de enriquecer nuestro intelecto, guiados por el Espíritu Santo a través de La Palabra de Dios, mas allá de escuchar una selección  excelente de buena música y alabanzas que preparamos exlusivamente para que estés conectado durante las 24 hs. ¡Dios te bendiga!


  • Algo sobre mí y mis primeros pasos en el camino del Señor.

Tengo 59 años a la fecha y es oportuno reconocer que tengo el privilegio de ser uno de aquellos tantos que han de pasar  por este mundo y que el Señor llamó para conocerlo con amor y no con dolor. No es alarde ni mucho menos. Fue un llamado y una decisión que sentí en mi corazón. Tuve una familia de clase media tradicional de esta Argentina de mediados del siglo XX, y mis padres supieron brindar, a mi hermano y a mí, el amor de una familia, como se decía en aquellos tiempos, bien constituida. Con valores basados en el amor, el respeto y el trabajo. No, sin problemas. No, sin discusiones. Y lejos de ser una familia perfecta. Si no estudiabas, tenías que trabajar. No había otra opción mientras estuviera bajo el techo de la casa de mis padres. Realicé deportes como la natación, en el cual tuve satisfacción de destacarme como deportista. Formé parte del seleccionado nacional, lo que me dio la oportunidad de conocer varios países de Sudamérica y sus culturas. No conocí el alcohol, ni las drogas y como mi familia era de clase media como te conté, sabía cuando había dinero para algunos gustos y cuando no. Fui de aquellos que para las fiestas de fin de año, se sentaba en esa mesa familiar interminable junto a mis padres, mi hermano, primos, tíos y abuelos.

Pero me gustaría dejar en claro un punto, con respecto a esto de ser llamado ´con amor, y no con dolor, y de esta manera haber tenido quizás, la oportunidad que otros no han podido tener:

¿ Me hace mejor o más apto para ser hijo de Dios que otras personas?         

¡No, en absoluto!  Las buenas circunstancias no nos dan privilegios, sino obligaciones delante de los ojos de Dios. Porque creo, que esas circunstancias, nos proporcionan distintas herramientas, de acuerdo a lo que uno ha podido vivir, la menra como lo ha vivido y todo lo que te ha pasado y has aprendido en tu vida, de modo,  que todos ese cúmulo de experiencia pueda ser utilizada de acuerdo a los propósitos de Dios en nuestras vidas. No aprovecharlas y no saber utilizarlas, no para nosotros sino para los demás, indefectiblemente nos aleja de Él. 

Allá por el año 2010 con 46 años, a unos meses de la muerte de mi padre, sentía una gran tristeza. Sabía, como cualquiera otro mortal, que estas pérdidas ocurren en determinado momento, pero uno nunca está preparado. Para ese entonces profesaba como religión el catolicismo como una imposición tradicional y  familiar, pero no como una decisión personal. Anteriormente al deceso de mi padre, mi esposa Gabriela había empezado a concurrir a una iglesia evangélica. Si bien nunca se lo cuestioné, yo era de aquellos que se molestaban cuando tenía que ausentarse para concurrir a las reuniones, y que generalmente ocurría ¡Justo el día de mi franco laboral! Lo cierto es que un día sentí ese impulso de acompañarla, y a partir de ese momento nunca me aparté del camino del Señor. Fui bautizado junto con mi esposa y dos de mis tres hijos en una iglesia pentecostal y aunque fue mi comienzo en el camino del Señor y me dio la oportunidad de empezar a conocerlo a través de Su Palabra, al poco tiempo sufrí una gran decepción de parte de los pastores (un matrimonio jóven) que no pudieron y no supieron resolver un asunto delicado, ocurrido con un miembro iglesia y familiar del pastor, que afectó a un miembro de mi familia. Hoy, a la distancia, podría decir que si bien Dios me trajo con amor a su lado, luego comenzó a trabajar en mi carácter con situaciones que pusieron a prueba mi decisión de seguirlo, y que por supuesto las he podido superar. A partir de ese momento comprendí la importancia de aferrarme solo a La Escritura y la importancia de poner a Dios por sobre todas las cosas, aún sobre los líderes eclesiásticos. Posteriormente asistí a una iglesia bautista en donde terminé cimentando la importancia del estudio de La Biblia y su comprensión. . Al día de hoy he asistido y congregado, pero he visto como la Palabra de Dios es manipulada y llevada hacia el lado mas conveniente de acuerdo a la denominación que la exponga. Se que no existe la iglesia perfecta, por eso decidí perfeccionar la mía, ¡la que está en mi corazón! por medio del estudio y la oración, guiado por el Espíritu Santo, fuera de todo adoctrinamiento mas que la misma Palabra de Dios. Esta decisión me ha sido cuestionada por los pastores que siguen una línea tradicionalista de evangelización. Sin embargo, he podido experimentar que enfocado en la Palabra me siento libre de toda pobreza y atadura espiritual y siento la paz que te da el discernir lo que Dios nos quiere decir en forma directa a cada uno de nosotros, lejos de tradiciones y dogmas Te invito a que te comprometas a conocer mas de Él a través Su Palabra y puedas experimentar esa verdadera libertad en Cristo Jesús.

¡Dios bendiga tu vida!