LA LECTURA QUE SALVA
LA LECTURA QUE SALVA
Buscando entender para crecer
por Claudio Doro
El título parece ser directo y puntal si se quiere. Si sos cristiano no hace falta ser muy intuitivo para interpretar que se trata de la lectura de la Biblia. Si no lo sos quizás, te sientas atraído a curiosear o a espiar si se quiere, por saber de qué se trata. Todos de alguna manera buscamos salvarnos de algo. Algunos por un motivo y otros por otro. Pero sí, estoy convencido que la "lectura que salva" es la lectura de la Biblia. Pero para que eso se cumpla existe una sola condición, y es poderla entender para vivirla. Y es en este punto donde comienzan los problemas de acuerdo a lo que he podido observar. No se trata de una lectura lineal, metódica y sistemática lo que hará la diferencia en tu vida. Lo que te hace mejor no es leerla y releerla una, dos, tres o cincuenta veces si querés para obtener el pasaporte al cielo. ¡Es entender lo que lees! Es lo que marca la diferencia. Comprender exactamente lo que ahí está escrito es lo que te permite una verdadera vida cristiana llena de libertades. Pero para el que no la comprende puede estar llena de restricciones y prohibiciones. Condiciones que si por alguna circunstancia alguno la transgrede su vida caerá por el sendero de la rebeldía que seguramente te deslizará al pecado. Por lo menos, es lo que piensan aquellos que se introducen en su lectura condicionados por las tradiciones de pastores y líderes a cargo de las congregaciones o grupos de reunión. "Si no te alineas a la visión del pastor, si no comprendés lo mismo que el pastor interpreta al leer la Biblia, no podés formar parte de esa familia de Cristo, porque no estás sujeto al pastor, no estás sujeto a su visión". ¡Lamentable! Sin embargo, esto existe hoy en día y en muchas iglesias se entronan y se idolatran a muchos pastores, siendo las personas cautivas y privándolas de comprender libremente la Palabra de Dios. No hay entendimiento, hay alineamientos a las personas y hay alineamientos a las visiones de una persona. Mas allá de estas cuestiones existentes, la problemática del creyente de no poder discernir La Palabra de Dios, se encuentra arraigada en un tema mucho más profundo aún y que tiene que ver con factores que se encuentran arraigados en una sociedad degradada y aturdida por los entretenimientos utilizados cómo válvula de escape de una vida cada vez mas tecnológica, pero al mismo tiempo mas insensible. Entender lo que Dios nos habla hoy a través de Su Palabra puede tener mas interferencias que las que hubo a lo largo de la historia de la iglesia. Sin embargo, y a pesar de todo, la lectura que salva es la Palabra de Dios.
claudiodoro@azradiocristiana.com