¿INTELECTUALES O ESPIRITUALES?

19.02.2023

por  Claudio Doro


¿Te preguntaste alguna vez cómo querés que te vean como hijo de Dios?  ¿Querés que te vean como un intelectual o preferís que te reconozcan como una persona espiritual? ¿Querés leer para conocer y aprender de Dios para así poder transmitir; o querés sentir para experimentar de Dios y de esta manera darlo a conocer?

Y si... la respuesta que creo escuchar, sobre todo en aquellas personas que asisten a denominaciones  pentecostales y neo-pentecostales,  es indudablemente y casi audible - ¡Por supuesto como una persona espiritual! Dios es un ser espiritual, yo quiero ser una persona espiritual. - ¿Está mal? -      ¡No, está bien! - Pero no es tan sencillo, no es tan simple como parece y no es solo sentir. Porque sentir solamente acota tu visión espiritual, haciéndote caminar por las periferias de una fina y delagada linea de emocionalismo.

En el último siglo algunas iglesias cristianas han volcado su doctrina a experimentar la espiritualidad por sobre todas las cosas. Al punto tal, de que si no llorás en la adoración, si no saltás en las alabanzas, si no gritás o te caes en la ministración (en la mayoría de los casos, te apoyan la mano en la cabeza y te empujan) no sos una persona espiritual. Es necesario, en estas iglesias, sentir al Espíritu Santo o al menos eso pretenden. Sin embargo, lo que se puede observar es un despliegue de emociones y en muchos casos un gran desorden, que generalmente hacen confundir a las personas sobre cuestiones emocionales y cuestiones espirituales (que desarrollaré en otro artículo). Para aquellos que podemos discernir ciertas cuestiones, si preguntamos el porqué de ciertas prácticas que no tienen eco en la Biblia, es decir, no hay un argumento bíblico valedero que la respaldan, automáticamente te ganás el mote de intelectual o poco espiritual.

Sin embargo, es cierto que experimentar la presencia de Dios y ser testigo de sus manifestaciones es algo que está reservado sólo a un grupo de "elegidos" que dicen haber  desarrollado una verdadera espiritualidad. El tema aquí es definir como se desarrolla esa actividad espiritual para poder entenderla. Porque si en esa manifestación no está presente el dominio propio como parte del fruto del Espíritu Santo, podemos estar en problemas. El dominio propio detallado en Gálatas 5:22-23 es algo que Dios quiere que sea característico en tu vida. Dominio propio significa que vos controlás tus pensamientos, sentimientos y acciones en lugar de que ellos te controlen a vos. Estos es tan valedero para tu vida cotidiana, como para cuando te estás comunicando con Dios. Él quiere que vos puedas controlarte a ti mismo. Entonces, el Señor  te podrá usar para servirle mejor. Este fruto del Espíritu Santo se desarrollará genuinamente si somos capaces de conocer y alcanzar una verdadera espiritualidad.

Entonces vayamos por parte...

Ser intelectuales, no anula necesariamente nuestra espiritualidad; ni nuestra espiritualidad tiene que bloquear a nuestro intelecto. Somos seres humanos creados de manera tripartita. Estamos constituidos por una parte corporal, una parte intelectual y otra espiritual. Su conjunto conforma nuestro ser.

Es imposible concebir que nuestro cuerpo muera sin que nuestro intelecto deje de tener alguna actividad y que nuestro espíritu quede contenido en él. Ser espirituales definitivamente, para un cristiano, carece absolutamente de alguna disociedad con la parte intelectual. No se puede decir que se ama a alguien cuando no conoce a esa persona, cómo piensa y que cosas les gusta o no, y mucho menos si no se sabe cómo es el amor (1 Corintios 13:4-7).

Por eso concluyo que no existe nada más espiritual que conocer a Dios, por medio de la lectura de las Escrituras, que no por casualidad fueron 'inspiradas de manera espiritual'. Comprender y analizar lo que Dios pretende para nosotros en la Biblia a través de nuestro intelecto, guiados por el Espíritu Santo es, en definitiva, la manera más genuina de ser una persona espiritual y vivir de acuerdo a ello.. 

claudiodoro@azradiocristiana.com